lunes, 4 de agosto de 2008

Haciendo la maleta


Era previsible que no iba a saber por dónde empezar. Jerseys, muchos jerseys. Intenciones de llevar cosas muy básicas. Porque aquí y allí, siempre me pongo lo mismo. Allí abriré la maleta y sea lo que sea que meta, no sabré qué ponerme.
Esto es muy estresante, porque detrás arrastro un montón de cosas más, que faltarán por hacer incluso después de haberme ido.
Mucho papeleo, muchos sitios donde mirar, muchos detalles que cuidar, mucha gente a la que no se puede olvidar y lo que más me pesa ahora mismo, mucho que abarcar, que nunca antes había abarcado.
Mucho mar, mucho frío, mucho rubio, mucho equipaje. Demasiado de todo menos de kilos permitidos en Spanair.
Nunca termino en nada fácil. Siempre me meto en situaciones donde los reflejos y la destreza es lo único que te salva. Y estaba tan tranquila yo en mi casa cuando decidí complicarme más la recta final, por si por sí sola no era suficientemente complicada.
En fín, qué más da. Ahora sólo es una maleta. Lo que viene detrás de ella ya se nos presentará mañana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

con el gustazo que da no llevar nada..., solo lo puesto, vas mil veces más cómodo, dios proveerá