viernes, 15 de agosto de 2008

No hay igual



Los días nunca son iguales, ni aunque hagas las mismas cosas.
Comienzo investigando qué supermercado es el mas rentable aunque tenga que gangrenarme las manos durante 5 km, pero las ofertas y lo barato es realmente una prioridad para nosotros.
Después de completar los pequeños detalles que faltaban, me intento conectar a internet desde un sitio caluroso pero no, hay que recordar que aquí hace frío y si tienes que conectarte, lo conseguiras mucho antes en un sitio donde te toque sufrir porque quien algo quiere algo le cuesta.
Y llega nuestra primera fiesta erasmus y no es muy distinta a las fiestas no erasmus, y compruebo que si la música no es la adecuada, son igual de aburridas con la pequeña novedad de que a tu alrededor no hay nadie que conozcas desde hace más de tres días. Y la complicidad con algunos es extraordinaria. Eso creo que solo te lo da el erasmus y Gran Hermano.
Pero sin duda la hazaña más significativa del día de ayer es la de una excursión alas 4 de la mañana, andando sobre asfalto, piedras, saltando barreras o pasando por debajo de ellas. Todo porque 6 estudiantes querían llegar a casa como fuera, y los servicios de transporte en esta ciudad son lentos, tardones y escasos.
Llegamos, en una hora o más, con agujetas, con sueño, pero satisfechos porque llegamos cansados mucho más de lo normal, y eso hizo que hoy durmiese como nunca.

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