viernes, 14 de diciembre de 2012

Entrevista a Ashiq Masih, marido de Asia Bibi

Asia Bibi fue condenada a muerte en la horca por blasfemia en Pakistán. Desde 2009 permanece recluida en prisión. Su marido Ashiq Masih y su hija mayor han visitado España para recoger el premio Hazte Oír 2012 por la lucha de la libertad de conciencia y han aprovechado para pedir asilo político.


sábado, 1 de diciembre de 2012

We got a thing going on

Un día nos conocimos. Y unos días después pensé que deberíamos ir más allá. Lo que ocurre es que nunca supe decírtelo. Lo pienso ahora, cuando vivo lejos en una ciudad helada y blanca, donde huele a sal, y se ven las auroras boreales cada noche. Esa luz verde que se remueve con locura en el cielo. Como si guiase nuestros movimientos. Estoy tumbada en la nieve, sola, pensando en lo que puede que esa luz quiera decirme. Recordándome los sueños en que tu mirada me seguía y yo apoyaba mis labios en los tuyos.

Nadie jamás se ha besado como nosotros. Una descarga eléctrica pudo adelantar el sonido de nuestros corazones. Tus ojos y los míos se cruzaron un instante, pero fuera del sueño la descarga era dolorosa, porque en realidad no podía acercarme más. Estabas con otra... u otra estaba contigo. No supe precisarlo nunca.

Me acercaba y me sentaba a tu lado, sabiendo que no podría sostenerte la mirada. Cruzaba los brazos porque no sabía qué hacer con ellos. Quería abrazarte y besarte. A veces pensé que tú también querías hacerlo. Pero no lo hacías. Tus circunstancias no cambiaban. Y nunca nos vimos en un contexto fuera del trabajo.

Quizá mis antecedentes me impedían remar hacia adelante. Piensa que siempre he sido más pasiva que activa. El cortejo siempre es más agradable cuando lo recibes. Y la verdad, nunca supe traducir las miradas. Pienso que lo hago pero al mismo tiempo pienso que interpreto lo que quiero. Lo que no termina de pasar en los sueños.

Y ahora se remueve el cielo. Quizá hoy va mas deprisa, retorciéndose enfadada. Quizá desde allí arriba te ve tumbado, hablando con el silencio en tu ciudad, acordándote de algún sueño, que nunca me contaste, y en el que a lo mejor, y solo a lo mejor, aparecía yo besándote.

O tú besándome. No sabría precisar.