sábado, 29 de noviembre de 2008

Welcome christmas

Nuestro valenciano decía que eso no olía a pólvora. Era cera. Eran petardillos. Que los fuegos inferiores deberían haberlos alzado poco a poco para que el humo no los hubiera tapado, y los superiores no le hubiesen quitado protagonismo. Tampoco sonaron como en sus fallas.
Vale. Son noruegos. No son falleros. La crítica valenciana es demasiado dura.
Aún así a mí me sacaron una sonrisa. Mirando al cielo. Gritar ohhh cuando llegaba un color impresionante. Retroceder cuando el fuego parecía que nos iba a alcanzar.
Bergen celebró la llegada de la navidad con rebajas, villancicos poco reconocidos, concieros, luces y una ciudad maqueta hecha de galletas de jengibre.
Free pass para los españoles ignorantes que por primera vez no pretenden colarse.
Café, donuts, jerseys y camisetas.
Luego regresamos a casa, nos chutamos con un doble de café, jugamos al que ha pasao a llamarse "puteo" y no vamos a salir porque solo hemos dormido dos horas, pero tenemos un planazo: cenar pizza, hacer la colada y leer mientras termina en altas horas de la mañana...
Somo originales, eso seguro.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Jugando en la nieve
















Simplemente un fin de semana blanco. Casi casi con la sensacion de que pronto aparecería Papa Noel y su trineo.





domingo, 23 de noviembre de 2008

What about...?


El otoño solía ser de un tono entre el marón y naranja. Pero hoy este día otoñal está entre el blanco y el azul. Hace sol, asique también tiene destellos dorados, y con el deshielo, vuelve a asomar ese tono mostaza de las hojas.
Es un día de colores. Lo que quiere decir que es un día de eso que el día te pide que salgas, porque al fin y al cabo no puedes engañarte a tí mismo, un domingo no vas a hacer nada más interesante que contemplar la naturaleza.
No va a haber un día así en otra ocasión.
El fin de semana fue tranquilo. Nuevas ensaladas para añadir al menú, siestas, agobios de última hora, paseos y revolcones por la nieve, bloques de hielo, bajadas vertiginosas con la suela plana.
Chocar con un noruego que se niega a hablar inglés con el acento americano que podría (el es puro y hablará inglés con ese peculiar acento de pueblo cerrado noruego) Pero eso sí, ante todo respeto. Y tras volver la cabeza y ver una cosa que quizá no debería haber visto, tras encontrarme sola y acompañada de nuevo en cuestión de segundos porque es evidente que esta ciudad es demasiado pequeña... terminamos en una fiesta. Porque parece que las fiestas son realmente después.
Sea como sea el término afterparty es definitivamente mi favorito.
Pero hoy? Quién dijo que el domingo es un día para relajarse y chillear? Yo quiero hacer de este domingo una afterparty, celebrando que el martes termino este semestre academicamente hablando.

viernes, 21 de noviembre de 2008


Me levante a punto de no hacer nada y menos mal que saqué de debajo de la almohada a mí voluntad, que si no, allí se quedaba. Disfrutamos de la nieve, buscamos calcetines de lana por doquier, hicimos la compra, y fuimos a todas las opticas de la ciudad para que Pepo pudiese recuperar su visión.

Y aquí una servidora volvió a caer en la tentación y mañana puede que tenga gafas de sol nuevas, o que simplemente tenga gafas de sol.

Lo sé, aquí no hace sol, pero pese a todo sigo siendo española y es una inversión.

Y tengo mil inversiones más, quizá me debí hacer empresaria...

lunes, 17 de noviembre de 2008

Erasmus


Frente a todo ese envoltorio de convalidación de estudios y práctica del idioma, siempre había un fondo bien comentado ya, sobre las fiestas de las becas erasmus, resultado de la libertad repentina que los estudiantes experimentan al estar lejos de casa. Sin embargo, y por suerte, existe una experiencia humana que según el caracter de cada uno, marca para siempre para aprender algo de la vida.

Lo cierto es que me daba verguenza que todo el mundo supiera que me iba de erasmus porque enseguida la imagen más fiestera de esa experiencia, acudía a las mentes de todo aquel que se enteraba. Y es bastante injusto pensar que el apodado "orgasmus" sea considerado como una mera manera de no hacer nada durante un año, y de escapar de el control familiar para así poder perder el control y dejarse llevar por el destino.

Es cierto que hay fiesta, y es cierto que hay libertad, y es cierto que los horarios son más tardíos, y es cierto que el sistema educativo sigue un sistema peculiar librándote de exámenes, y es cierto que empezar una nueva vida en un sitio donde nadie tiene prejuicios hacia tí, hace que te sientas algo más aliviado a la hora de actuar y puede que te sientas más predispuesto a comenzar a hacer cosas que de haber permanecido en tu ciudad de origen, quizá nunca habrías decidido hacer por tí mismo.

Pero lo cierto es que hay varias maneras de tomarse esta experiencia. Y hay varias maneras de asimilarla. El erasmus es un Gran Hermano sin cámaras. Todo el mundo tiene esa ansiedad por comenzar de cero, y por eso actuan como si llevaran toda la vida conociéndote. Es una manera de empezar bien, positivamente, y con predisposición a practicamente lo que sea.

A veces eso te lleva a desfasar, o a otro camino mucho más humano y obvio que en realidad se asimila muy temprano. Aprendes a ser adulto. A cocinar. A recoger la habitacion. A mantener un hogar. A personalizar cuatro paredes totalmente tétricas de una casa. A convivir. A conocer gente sea de donde sea. Empiezas a saber realmente lo que cuesta el pollo y la carne. Lo cansado que resulta acudir siempre a la pasta y el arroz. Empiezas a saborear esa satisfacción de hacer las cosas por tí mismo. De ahorrar sea como sea si estas en países mucho más ricos que España. De echar verdaderamente de menos a tu familia y tus amigos.

Todo eso hace que tu relación con el mundo cambie. Conoces gente nueva. Conoces otros valores, otras costumbres, otro estilo de vida, otros razonamientos políticos. Empiezas a darte cuenta de todas las carencias que tenías y que la vida te ha exigido una vez que estabas sola.
En una experiencia así, en los momentos del día que tienes unos minutos de silencio absoluto, descubres a tu cerebro interiorizando absolutamente todo lo que vive. A veces ni siquiera analiza sino que archiva en una carpeta con el título de muy satisfactorio.

Solo voy por el ecuador de esta experiencia, y voy a volver con un importante exceso de equipaje. Demasiadas cosas. Algo más que idiomas y fiesta.

Siempre


"Siempre hay algo ridículo en las emociones de las personas que ha dejado uno de amar. Sibila Vane le parecía absurdamente melodramática. Su lágrimas y sus sollozos le aburrían."
Sigo pensando que Oscar Wilde esta muy cerca de conocer la verdad absoluta.

Estuvieron y lo vieron


Llueve. Lo que no llovió durante toda esta semana está lloviendo ahora. Y ellas se han ido ya. Pero hemos pasado un buen fin de semana juntas.

Entrañable. Esa palabra que describe esa bonita imagen que solo veo en sueños y en películas. Por un día esa imagen fue real. Y ahí estuvimos.
En trenes durmiendo.




Revisando rutas.



Dejándonos llevar por el calor de un autobus.



Haciendo de las nuestras como buenas maripilis que somos.

Insistir en un sábado de lluvia en ir a los fiordos.



Pintarnos las uñas en una sesion totalmente ñoña tipica de chicas.

Con abrazos de rigor.

Papa Noel casi a la vuelta de la esquina.

Tomando helado de chocolate cortesía de los compañeros de trabajo.

Intentando colocar 4 colchones en una habitacion que de repente se hizo pequeña.

Recordandoles su erasmus, entre risas, unos, puteos y grandes historias de longitud de pelo.


Pero ante todo esa atmósfera que queda de que realmente las echabas de menos, de que te alegras de que hayan venido, de que esperas verlas pronto y de que ahora la habitacion que antes era perfecta para la soledad, tambien echa de menos que sus espejos sostengan la imagen de mujeres que se arreglan para salir de fiesta.


Y pese a un intento del Flybussen de retenerlas, su vida ha vuelto a la normalidad.


Y entonces la mía se pone en marcha, para hacer un trabajo, todo ese trabajo que no hizo mientras esperaba con ansia su llegada.


Nos veremos pronto.

Se avecina turrón, que vuelve a casa por navidad.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Crecer en algun sentido


Visto lo visto, o no visto lo visto, mi jefe no llamo la semana pasada. Y no iba a estar esperando. Me negue a esperar hace tiempo, cuando vi que actuar tambien daba resultado.

Asique me fui directa a la estacion donde muchas veces he estado para despedirme de alguien que se iba, y nunca me iba yo.

Ahora me iba yo. A Oslo. Mis motivos: una amistad inquebrantable, una escapada que me merecia y un paseo por una ciudad mas grande. Luego tendria un cuarto motivo, mucho menos solido, del que solo tengo expectativas personales, y del que no me permito hablar sin una falsa tranquilidad e indiferencia.

Aunque he madurado en algun sentido de mi vida. Ahora nada es tan importante. Todo lo que pasa o no pasa sucede para formarnos y crecer. Para poder responder en un futuro a cosas verdaderamente serias.

Despues de pasear por un camino rodeada de estatuas con posturas insinuantes, con expresiones reveladoras, despues de caer la lluvia donde decian que no llovia, de ir de compras y no haber creado necesidades, y no haber gastado nada, y que un kebab no cueste dinero si no que te reporte 15 coronas extra, despues de escuchar funk al estilo sala Siroco, despues de pasear y encontrarme con la ciudad, de subir a un monte para ver solo niebla y volver a bajar, para dar un paseo en tren que proporciono una media de 40 fotos estupidas y divertidas, de preparar tortilla, pollo a la cocacola y no haber muerto en el intento, de cruzar dos palabras con el, de querer mirarle y no hacerlo, de no dejarle todo al destino, de vivir con parsimonia y tranquilidad mientras que el cerebro no deja de trabajar y de interiorizar todo lo que vive...

Entonces con todo esto creo haber tenido un buen fin de semana.

Y el cuarto elemento no influye. Por eso creo que cada cosa me hace crecer en algun sentido.

Crecer.
Como las flores.
Y que llueva.
Las flores necesitan agua.

martes, 4 de noviembre de 2008

Norwegian Inspiration


Vi a lo lejos aquel paisaje tan caprichoso.
Me encapriché de ese olor a madera húmeda. Casi tanto como lo estoy del olor a gasolina, o del agua salada.
Y me sentí como en casa, a pesar de que en casa no huele así.
Pisé charcos con botas que me aislaban. Y tuve esa sensación de poder pisar cualquier lugar y nada me lo impediría.
Ese cielo encapotado que el sol insitió en iluminar, me llenaba de vida.
La brisa era fresca, y mi piel se tersaba entre el frío y el hielo.
Y mi pelo caía tal cual la lluvia se lo permitió.
Dejé de preocuparme por como caería sobre mis hombros. La naturaleza se imponía a esa agonía de ciudad en la que siempre caminaba.
De repente encontré a una persona, a dos, a tres, y a tantas que sentí la necesidad de cuidar.
Me faltaban ellas. Se fueron a Oslo. Pero Oslo está cerca.
Caminé por las cuestas. Noté la diferencia en ellas. Y en los barcos y las gaviotas. También en las zapatillas, modelos que nunca llegarían a Madrid.
Y llegaron las peculiaridades.
Los cables de los autobuses para solicitar la parada. Entradas y salidas por ambas puertas.
La sociedad basada en la confianza.
La sociedad del goretex. Impermeables y botas de agua. Artículos de nieve por doquier. Pantalones recogidos dentro de los calcetines. 99% de los mismos cascos de musica.
Rubio platino, raices claras sobre pelo oscuro, ojos azules, tez clara. Naranja a quienes se pasan con el maquillaje.
En casa calcetines de lana y resistencias en el suelo del baño. Zapatos en la entrada.
Por las calles ya se tambalean a las 10 de la noche.
Quitaron al trol del Floyen, donde demonios se habrá metido. Me ha dejado sin la version 2008 de la foto que hice en el 2006.
En la ciudad donde todo conductor es paciente y nadie pita, donde no tienen fregona ni sopa de cebolla, donde no existen los "todo a 1 euro", donde las lentejas hay que buscarlas en los pakistaníes, donde es imposible llevar tacones en el empedrado.
En la ciudad donde todo funciona con un número de espere su turno.
En la ciudad que pese a todo se convierte en otra parte de esta aventura que quiero hacer con mi vida. Y hay mucho más, pero no todo se puede escribir en notas del facebook.

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I saw in the distance that so capricious landscape.
I loved that smell of wet wood. As much as I love the smell of petrol, or the salty water.
And I felt like home, in spite of the fact that at home does not smell this way.
I trod on puddles with boots that keep me away from water. And I had this sensation of being able to tread on any place and nothing would stop me.
This cloaked sky that the Sun unsurrounded in illuminating, was filling me with life.
The breeze was fresh, and my skin got softer between the cold and the ice.
And my hair was falling as the rain allowed it.
I stopped worrying about how it would fall down on my shoulders. The nature won the agony of the city that I always was walking.
Suddenly I found a person, two, three, and so many people that I felt the need to take care.
They weren't here. They went to Oslo. But Oslo is nearby. I walked along the slopes. I noticed the difference in them. And in the ships and the gulls. Also in the shoes, models who would never come to Madrid.
And the peculiarities came.
The cables of the buses to request the stop. Income and gone out by both doors.
The society based on the trust.
The society of the goretex. Raincoats and water boots. Articles of snow everywhere. Trousers gathered inside the socks. 99% of the same headphones for music.
Blond platinum, clear roots on dark hair, blue eyes, white skin. Orange to those who exagerate with makeup.
Socks of wool and resistances in the soil of the bath at home. Shoes in the entry. Drunk at 10 p.m. in the streets.
Removed trol from Floyen, where the hell has he gone? You have left me without 2008 version of the picture I did in 2006.
In the city where drivers are patient and nobody use the claxon, where they don't have "fregona" or onion soup, where does not exist " everything for 8kr", where the lentils it is necessary to look for them in the Pakistani places, where it is impossible to take heels in the stone pavement.
In the city where everything works with a number to wait.
In the city that despite everything, turns into another part of this adventure that I want to do with my life. And there's much more, but not everything can be written in notes on facebook.