jueves, 20 de agosto de 2009

La oficina de gafas


Somos una oficina de gafas. Gafas de pasta y gafas de alambre. Estrechas y anchas. Y trabajamos lo justo, quizá los viernes algo más. Cuando me concentro me acerco al ordenador más de la cuenta porque estoy "focused" como dicen en inglés, y eso hace que tenga la necesidad de enfocar la pantalla.

Mi compañero de oficina me pone algo nerviosa porque es tremendamente sexy, y en esos momentos en los que se me escapa una mirada de reojo, desearía no llevar gafas porque entonces no le vería absolutamente nada y desistiría en mi empeño por mirarle.
Pero necesito las gafas, y por descontado mirarle.

Mi compañera, la otra becaria, es una vasca que dice no ser muy vasca. En su tono de voz, puedo delatarle, en lo demás todo son tópicos, y tampoco conozco todos los tópicos del humor de los vascos, ni quiero saberlos, porque no creo en esas cosas.

Creo en las personas. Tengo un afán de persecución de las personas. Las huelo y las observo, y busco quien merece la pena en mi vida.
Aquí tengo una muy buena sensación con las personas, cosa que no me pasaba en las otras empresas. Es importante para mí.

Hasta que vuelva mi jefa, esto es una oficina de gafas, y bien sexy.

1 comentario:

Ange dijo...

Detras de las gafas siempre se esconden miradas inquietantes, miradas penetrantes, al menos disfruta al máximo de la jornada, pequeña!