jueves, 27 de agosto de 2009

Andadas a zancadas


Ayer me quedé dormida sobre el papel. 43 folios me esperaban con impaciencia para ser leídos pero me rendí ante la almohada y casi se me cae la baba encima. De un susto tuve que levantarme para sufrir el cierre de la línea 6 y meterme en esa lata de SE (servicio especial) dudosamente acondicionado.

Me libré, como casi la mayoría de las veces me libro del desastre, y mi padre me acercó a Legazpi, donde solo me separaban 3 paradas de mis antiguos compañeros de colegio. Son 23 años. Con una pausa de escasos 5 porque todos tenemos una vida, y un camino que seguir, sin embargo, aunque cada uno hace una cosa distinta, siempre hay una buena excusa para reunirse de nuevo.

La excusa de ayer, fue la música. Bajo, batería y dos voces improvisando sonidos y melodías, improvisando letras o sacando falsos trapos sucios, en inglés o en castellano indistintamente. Mezclados pero no revueltos.

El resultado, que pronto podré colgar aquí, fue espectacular. El final impresionante.

Ahora todos nos concentramos en los exámenes que están por venir. Maria Anna se va a san Francisco de nuevo.

Pero la historia de los de toda la vida no termina. Porque si alguien quiere, puede. Nosotros, en el paso de los años y a pesar de algunas distancias, aquí seguimos.

La vida se vacía de excusas con cosas como estas.

Grande tarde la de ayer, gracias por estar ahí.

1 comentario:

Ange dijo...

Cada uno con su tema si, pero como dices cuando se quiere se puede. Esas amistades son las que van labrando nuestra vida y sin ellas estaríamos vacios.

Quiero escuchar el resultado!!!

muaaaaaaaaaaaaaas