lunes, 7 de octubre de 2013

Madrid tiene historias

He leído un artículo en El País que me ha fastidiado el fin de semana. Dice que Madrid está decayendo. Habla de la música, de la poca implicación del Ayuntamiento para el urbanismo, la limpieza, los festivales. Dice que Madrid no ofrece nada. Yo el viernes se me ocurrió pasear con los ojos abiertos y vi esto.


Madrid ofrece muchas cosas. Y hay miles de personas que luchan por sobrevivir en ella. La mitad de la gente que conozco que viven en Madrid, no son madrileños. Aman la ciudad porque les ha arropado sin ponerle condiciones. Han abierto sus negocios, instalado su vida. 

Hay un pequeño bar en la calle Mejía Lequerica 14, en metro Tribunal, se llama Pequeños Placeres y lo primero que pide cuando entras es


El mundo necesita gente que ame lo que hace. La decoración es esmerada, hecha incluso con lo que piensan sus clientes. Y lo último que se les ha ocurrido son clases de inglés gratis todos los jueves de 20:30 a 22 horas.


Aquí es donde un verdadero Madrid puede reunirse, porque es imprescindible que seas de cualquier parte. Es necesario. Es obligatorio. Porque sin la mezcla, no aprendemos nada en ninguna ciudad. La iniciativa es coral. Las clases las imparte Noah Wanebo, con ilusión, con gracia, con originalidad. Y Noah no daría clases si a los dueños no se les hubiese ocurrido aportar algo nuevo, bueno, diferente. Ellos atraen clientes, tú aprendes y conoces gente. 


Es verdad que la música en Madrid sobrevive como puede, que la cultura ha perdido su valor, que los cines cierran, y que el Palacio de la Música en Gran Vía sigue precintado desde hace años, pero son los pequeños esfuerzos de los que habitan Madrid los que debemos ensalzar. 

Como la historia del Doctor Buckerman.


Por un problema médico, gastó todo su dinero, y como músico que era, sintió la necesidad de ser creativo, sin poder contar con la batería que quería comprarse. Ahora entre muchas cosas, toca en la calle con cacerolas y sartenes, reivindica ser creativo para crear, lleva tres cubos, el tercero, para que metan dinero. La sonrisa la lleva puesta siempre. Y hace lo que tu piensas que son mierdas, pero como él dice: "Es una mierda única".

Uno de sus cubos dice que "La música hace que el mundo sea un lugar mejor". Es casi el mismo mensaje que los dueños de Pequeños Placeres han querido cuando reclaman gente que ame lo que hace.

Es igual que la historia del taxista que tiene el interior del taxi decorado.



Abruma ver un taxi así, y no me reprimí al preguntarle que cómo es que lo llevaba así. No se me olvida lo que me dijo. "El taxi es mi segunda casa, y yo la gente que llevo es como invitarle a mi casa. Lo adorno porque quiero invitarles a que pasen a mi casa". Es una manera bastante bonita de sentir la profesión del taxi. 

Hay calles que se solidarizan con los negocios allí instalados.


Hay imágenes preciosas que ofrece todos los días esta ciudad.


Personas que se buscan la vida con lo que saben hacer.


Y a pesar de la crisis, hay personas que emprenden negocios, como mis tíos Mónica y Arturo, con una tienda de ropa, Monart, en la calle Cartagena 73 bis en Madrid. Porque no han dado ninguna parte de Madrid por perdida.


Por todo esto, no me gusta leer que Madrid no está ofreciendo nada.
Madrid está llena de historias, pero alguien más positivo tiene que contarlas.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta verdad hay en todo esto Madrid ciudad interior plagada de gente exterior.

Fotografia2 un saludo

;) dijo...

Barbara tu blog cada dia me gusta mas. Gran articulo!

Unknown dijo...

muchas gracias!

Unknown dijo...

Desde luego..... a que sitio chulos te llevo

Unknown dijo...

Cormpartimos en: http://ht.ly/pDEcH

Barbara dijo...

Gracias por compartir!

Anónimo dijo...

Como tú, soy una enamorada de Madrid. Como tú, leí el artículo del país...y también me chafó mi semana. Soy una de esas no gatas, pero que se sienten en casa en esta ciudad. Muchas gracias por brindar positividad y luz en esta difícil época a nuestra querida ciudad! ;)