jueves, 10 de julio de 2008

Salir huyendo

Ya se por qué nunca me gustó salir de fiesta demasiado. Me agobio. Una de las cosas que hace que yo deje las cosas tiradas y salga huyendo es ese agobio terrorífico.
Y en un garito, estas bailando tranquilamente sola, porque oye, me gusta bailar sola, me lo tomo como un encuentro conmigo misma, y no solo tiene que venir alguien sin permiso a fastidiar sino que le dices que te suelte y parece no entender nada de lo que le dices aunque sea muy obvio sobre todo por la cara que pones cuando dices NO.
Entonces me pregunto si es que algunas personas son así de estúpidas o es que creen que insistiendo lograrán que les permitas un baile, o a lo mejor son más listos que el hambre y lo que querían era palpar tu cintura o la suavidad de tus brazos.
En cualquier caso, ni el humo, ni el tabaco me ayudaron nunca a llevarlo bien, pero entonces recuerdo este factor añadido de la gente desagradable y asquerosa, que me quema las pocas noches en las que decido salir.

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