jueves, 28 de enero de 2010

Blowing in the wind

Hay tantas cosas que me quedan por leer, y tantas melodías por escuchar, tanto por escribir, tanto por diseñar, tanto por cantar, tanto por planear o improvisar... el arte se me escapa entre los dedos, como si fueran telas de seda y de raso, tirándose por el tobogán de mis nudillos, sujetándose a mi muñeca, siempre fina y huesuda, a la que también le queda pendiente una obra de arte.

Cuentos para niños, joyas para mayores, cuerpo, mente y alma en su límite de 5 años, rozando la pereza o la inspiración agotada por tanto "overbooking" de cosas pendientes, colgantes, tirantes, que amenazan con no hacerse porque usas pilas de marca blanca.

La mirada de Dylan presionando porque no muevo los dedos para lo que realmente importa. Mi indignación personal por la presión natural de la buena educación, el dinero, que falta, que presiona, que casi me convierte en mala persona, y las ilusiones, siempre empujadas por la adolescencia que no quiere marcharse nunca.

Adolescencia, o narcisismo, por pensar poder abarcarlo todo, pero de pequeña escuché, o quizá tergiversé, que habíamos nacido para algo, si no, para qué vivir en el mundo de ovejas que peladas o no son todas parecidas. Para qué ser normal cuando puedes ser especial.

Especial. No ridículo, ni cirquense. No contradictorio o bonachón. Simplemente no me puedo morir tranquila solo porque ya haya vivido ciertas cosas. Aún no he hecho nada grande en el mundo.

Aún no he hecho un milagro. Está flotando en el viento.

1 comentario:

Ange dijo...

Especial, eres más que especial, como dije hace poco eres una persona integra, y las tardes de ayer hacen que me salgan todas las sonrisas y las risas que me faltan!! Llegue a casa e hice todo en media hora, hasta sacar al perro y luego 2 capitulos de lost, y luego acostarme sonriendo!

muaaaaaaa, PD. Mi Dylan es más guapo e idéntico...!