domingo, 14 de septiembre de 2008

Termina otro fin de semana


Decía yo que quería un spanish bollo este fin de semana porque empezaba a echar de menos una buena fiesta. Spanish bollo no es más que una pequeña forma de aplastar al objetivo colocandole un mínimo de 5 personas encima. Y si se hace de fiesta tiene el doble de intensidad.
Pues bien, hubo fiesta en Tiger Tiger el jueves, el viernes tocó una de club fantoft y noche de billar a falta de futbolín porque alguien muy avispado lo rompió en un supongo golpe de gracia, el sábado todo parecía llevarnos a una fiesta de pijamas pero luego nadie quiso, y nos tocó improvisar una noche a Marta y a mí, que terminó en Scotchman, con alguna anécdota por el camino del tipo...
-Un suizo que cuando le hablas escupe de lado.
-Una confusión de identidad
-Una barra libre peculiar
-Fotos increibles
-Coreografías a ritmo de Austin Powers en las mesas de madera
Pero el domingo llegaría la feria gastronómica a la ciudad de Bergen y empezó suave, subiendo poco a poco su cantidad de productos en nuestro estómago y todo como buen erasmus, for free.
Lo que pruebo en la foto es una sopa china gelatinosa. Que no hacía falta que todo el mundo repitiera su textura mientras la comía. Pero luego vinieron platos más suculentos y caprichosos.
Al llegar, nos invadió una ola de responsalibilidad que junto con el sol, nos hizo avanzar en nuestras tareas. Unos con el curso de noruego y yo con mi literatura electrónica, que me persigue donde vaya.
Pero el frío nos echó definitivamente sobre las 8 de la tarde, y parecía que comería sola pero nuevamente Dani me rescata de ese mal trago, y ante la negativa de ver Salvador Puig, que no es película de domingo y no estaba preparada para tal drama... decidimos, en una buena medianoche, ver el diario de Noa porque decidimos que después de llorar con algunas canciones ñoñas, lo suyo era rematar.
Y aquí estoy de vuelta de mi sesión ñoña que continuará en mis sueños, ya lo veo venir.

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