jueves, 23 de junio de 2011

cinco metros

Anduve cien veces por el mismo camino.
Desde que lo encontré supe que iba a ser mi lugar para estar sola.
Para llorar y que mis lágrimas golpeasen el mar.
Para alegrarme sin respeto del fracaso del que se me cruzase.
Para mojar mis pies y congelarme al instante.
Para mirar a un sol que no me cegaba.
Y en definitiva para pensar.
Para escuchar.
Y dejar de hablar.
Solo caminar cinco metros, de esquina a esquina, en una orilla, apartando la escarcha, en una playa nublada.
El sitio perfecto para poder mirar las nubes y reflexionar desde una mente despejada.

1 comentario:

Ange dijo...

Siento no haber estado aqui para darte un achuchón! Pero prometo compensar hoy!