viernes, 6 de mayo de 2011

Soberana Intuición

Dos dedos sostienen un cigarro meditado.
Y los oídos alteran el ruido de fondo.
Los ojos se entregan al descanso.
El olfato retiene el olor del sándalo en la piel.
Y la boca traduce lo que la soberana intuición piensa de ese momento.
Y justo así, se convirtió en mágico.

1 comentario:

Ange dijo...

me da miedo cuando aciertas!