jueves, 28 de abril de 2011

Entre piedras con suela blanda


Un rayo de sol se ha colado por el cristal de la habitación.
Ni me he inmutado porque hace tiempo que duermo con la persiana levantada.
Me gusta que las mañanas me levanten por sí solas, pero cada día convivo mejor con el mundo.
Ni el sol me levanta, ni las piedras me hieren sobre la suela blanda de mis zapatos.
Ya no busco el sonido de las calles, porque prefiero vivir en mi personal sonido de trompetas y tambores.
Hace tres años me llamaron soñadora con ironía. Pero este mundo no está como para tomárselo demasiado en serio, al final por unas cosas o por otras nunca nadie es quien dice ser.
Con el tiempo encuentro que ni yo misma soy quien pensaba ser.
No importa. No soy yo quien tiene que hablar de mí misma.
Una vez, bajo las duras palabras de un catastrófico Ivan Ferreiro, me rompieron el corazón, y desde entonces he roto algunos, he ninguneado y sobre todo, he intentado permanecer fuerte en un mundo que juzga más que duerme. Y que finge más que sueña.
Bajo el piano de Rufus he convertido las experiencias en cuentos con moraleja. La guitarra de Mayer le puso el sol a los inviernos escandinavos.
Y en este teatro del que soy protagonista, han bajado un telón opaco, donde el sol ya no puede colarse en la habitación.
Me he llevado unas piedras, para seguir pisando sobre suela blanda. De alguna manera el dolor es necesario para hacerse más fuerte. Y la insistencia tiene que servir de algo en una vida valiosa, donde siempre pasa lo mismo.

1 comentario:

Ange dijo...

Completamente de acuerdo, gran foto, gran semana la de esa foto, grandes momentos siempre!