martes, 8 de febrero de 2011

Entre los dedos

Entre los dedos se resbala la pasión que no recuerdo.
Te conquistó mi palabra, que se entremetía entre tus ojos y tus pensamientos. Mi voz, fina y profunda te ofrecía cumplidos que con miedo guardabas en tu memoria, para no echar de menos los escalofríos de las sábanas heladas durante el duro invierno.
Es difícil adivinar lo que ocurre en la cabeza de alguien pero si me permites la intromisión y una personal versión, yo creo que el frío miedo te supera.
No soy una experta, pero presumo de una intuición desgarradora, que me hace pensar que el amor se resiente, se corrompe con prejuicios, y se abandona la buena costumbre del tan equívocamente valorado Te Quiero que yo no tengo el placer de escuchar.
Me encantaría volver a ver a los verdaderos magos o ilusionistas, que hacen creer en lo imposible, que dan esperanza donde hay truco, y donde la sorpresa se escurre en sus dedos, hasta el sombrero de copa donde siempre vuelve a aparecer, al finalizar el espectáculo con una amplia sonrisa.
Me encantaría creer que la magia existe.