jueves, 15 de octubre de 2009

Toca otra canción, hombre del piano

Son las nueve de la noche, y no ha hecho nada más que empezar. Se oye el murmullo de la masa. Uno, dice el pianista, que le hace el amor a la ginebra y lleva ropas de un hombre más joven que le hace sentir triste y dulce.
El camarero es su amigo, y le ofrece al pianista bebida gratis, es carismático y bate el récord en conseguir un mechero y encender los cigarros del bar pero prefiere ser una estrella de cine, si acaso pudiese salir de allí.
También cuenta que hay un tío destinado a no tener novia nunca, centrado en una novela que nunca termina, y un marinero absorto por su trabajo que se jubilará en el barco.
Las camareras hablan de política con los hombres de negocios que no pueden articular palabra pero bien pueden menearles el trasero. Ellos beben la copa que llaman soledad, pero siempre es mejor eso que beberla solos.
El jefe está contento de haber llenado el bar, y le lanza una sonrisa satisfecha al pianista, que es por quien todos han llegado allí, porque por un momento sus teclas les hace olvidar lo que tendrán que hacer después de salir.
El piano es carnívoro.
El micrófono huele a cerveza.
El tarro de propinas para el pianista se llena.
Toca esa canción, hombre del piano. Todos quieren oír la melodía. Y nos haces sentir bien.
Toca esa canción Bill. Necesitan olvidar a la vida, por un rato.
Billy Joel se sentaba al piano en un bar. Observaba a su alrededor, y casi se sintió un héroe, cuando vio que era la única esperanza de muchos de los que le rodeaban. Es la canción con la que me he ido a casa después de un duro día. Y con los sentidos a flor de piel últimamente, mi conclusión con la canción es que la vida es reciprocidad, y necesitamos a alguien que nos levante cuando pesemos demasiado.
(El texto es una interpretación de las letras de la canción, y no una traducción literal)

2 comentarios:

Ange dijo...

Pequeños refugios para afrontar el día a día, tan necesarios!!

Gram dijo...

The piano has been drinking (not me)