viernes, 12 de junio de 2009

Lenguaje


Soy una mujer que intenta hablar como un hombre. Quiero escribir exactamente lo que diría él ahora al verme pasar. Lo que seguiría diciendo una vez que me haya ido. Quiero crearme expectativas tan solo haciendo que soy él por un día, y que experimenta sensaciones casi tanto como yo.
Sin embargo me resulta complicado porque no puedo figurarme lo que podrá estar pensando. Es el hombre de la no expresión en la cara. No hay fogosidad, no hay gemidos, no hay miradas especiales. No siento nada de su parte. Así que no sé realmente si le gusto, le vuelvo loco, si estoy guapa hoy, o deslumbrante mañana. Nunca me ha dicho nada.
Sólo me invita a dormir en su cama, me agarra fuerte, me acaricia. Pero yo tengo que pedir sus besos, yo me abrazo a él cuando estamos de pie, yo le pido la mano.
No puedo escribir como si fuera él porque él no habla como yo lo hago. Él no escribe. Lo suyo son los números, no las palabras.
Sé que si me rindo y me desespero, cuando finalmente no logre sacar nada de sus palabras, él reaccionará casi mal para decirme que lleva todo el tiempo pensando en mí, pero que no se le da bien aceptarlo.
Quizá eso es el comienzo de mi error queriendo hablar como un hombre en el texto. Él no escribiría nada, no hablaría de ello, ni siquiera para sí mismo, porque los sentimientos no entraban en los exámenes de matemáticas.
Asi que ¿cómo iba yo a hablar como un hombre que no dice absolutamente nada?

No hay comentarios: