sábado, 17 de marzo de 2012

Como una Tarantella


Si tuviera que describir lo que sentí por dentro, diría fue como el sonido de una tarantella. Vibrante, rítmica y apasionada.
Perseguí tus ojos aquella tarde y no creas que no me dí cuenta.
Los tuyos también me perseguían.
Dando tregua solo en el horizonte detrás de mí.

Seguramente vigilabas todos mis movimientos, y repasabas la caída del pelo ondulado hasta visualizar la transparencia de mi camisa. Aprovechabas mi respiración profunda para ver el único movimiento insinuante que pude hacer esa tarde.

Sacaste muchas conclusiones de mí. Todas equivocadas. Y he de reconocer que si tengo la oportunidad de sorprenderte, se me abriría una sonrisa de oreja a oreja.

Parece mentira la vida, lo poco disimulada que es. Va dejando detalles que recoger. Momentos que disfrutar y miradas que interpretar.

Me gustaría algún día, que las miradas se tradujesen en besos. Así los ojos podrían descansar de tanta intensidad.

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