miércoles, 5 de marzo de 2014

Renglones de palabras

He leído recientemente un libro que mucha gente me ha dicho que es decepcionante. A mí no me lo ha parecido. Sobre todo porque he sacado algunas cosas importantes de él. Al fin y al cabo, si la historia no nos gusta, siempre hay alguna frase de escritor motivado de la que apropiarse y sobre la que reflexionar. Estos son algunos ejemplos sobre "El Caso de Harry Quebert".


Eso. Violencia. Pero es cierto, en sentido figurado, a veces hace falta un golpe de efecto. Las palabras deberían ser suficientes, pero como existe gente que ni las usa, ni les da la importancia que tienen, pues habrá que tener en cuenta la expresión no verbal.


Quien da el golpe se arriesga a que se lo devuelvan, pero podría salir victorioso. El caso es que si en esta vida no nos movemos, no somos más importantes que Mahoma, de modo que ninguna montaña va a venir a hacernos el favor. Quien arriesga gana. Haz la prueba.


Claro, todos usamos las mismas palabras, pero depende de a quién se las digas, cómo las digas, y el momento, su significado podría engordar. Un te quiero lo dice todo el mundo. Quizá puedas darle un sentido particular, que no sea el que usa el  mundo actualmente.


La enfermedad, el desamor, la tontería, o las malas pasadas, pueden ser temporales, solo hay que saberlo, y dejarse llevar por la música. Porque el libro ya lo he terminado.

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