lunes, 18 de noviembre de 2013

Una mirada, un mundo


Me senté en esos asientos que están orientados en dirección contraria a la marcha del autobús. No puedo leer ni consultar mi móvil en esa dirección porque me mareo. Entonces hice una cosa rara...

Mirar a la gente.
Y es curioso. Se dejan. Porque ellos no tienen ni remota idea de que les estamos mirando. Ya no. Hubo un tiempo en que las señoras me miraban, me analizaban de arriba a abajo. Algunos chicos, si tenía suerte, me comían con los ojos, supongo que no porque mis pantalones rojos encerados les resultasen llamativos. 

Ahora todo el mundo va sumergido en sus dispositivos. Nadie mira de frente, nadie se fija en nadie. Las puntas de nuestros dedos ya no se rozan con otras en la barra para agarrarse. Han debido desarrollar ventosas para no caerse, porque las manos están ocupadas en las pantallas táctiles. 

Iba corriendo después por la acera mojada de un Madrid que empezaba a dejar asomar el invierno, y no basta con confiar en los demás. Que choques con alguien va a depender fundamentalmente de los que no vamos mirando hacia abajo.

Es cierto que el Whatsapp ha hecho que mis citas llegasen en un plazo más corto de tiempo. También es cierto que me ha hecho ahorrar en mensajes.

Pero también ha hecho que no sepa ponerle fin a una conversación, que siempre me sienta en deuda por deber una respuesta, y que tenga que hacer ejercicios de voluntad para no convertirse en una loca posesa por las últimas conexiones y el doble check.

Lo he conseguido al 50 por ciento. Y solo me agarro fuertemente a la barra del otro 50, porque lo que veo no me gusta.

Mi trayecto consiste en unas 8 paradas. En ese trayecto nadie levantó la vista. Ninguna chica hizo repaso de mi vestimenta. Ninguna señora se quejó porque la rozaba con el bolso. Ningún chico me dedicó unos segundos de atenta y lasciva mirada.

Está bien. Pero para una miope como yo, estar todo el día mirando la pantallita de un móvil es una tortura.

De vez en cuando me gusta cerrar los ojos. Aunque sea por un beso.
Además aún no he encontrado el emoticono adecuado para sustituírlo.
Un drama.

3 comentarios:

Anangeliam dijo...

Ha un mes publiqué un post llamado "Conectados" hablaba de lo mismo y llegué a la misma conclusión que tu.

Me ha encantado!

http://anangeliam.wordpress.com

Anónimo dijo...

Maravilloso...
Pero yo si no fuera por esa pantallita táctil, no hubiera tenido la pareja que tengo ahora... así que ... bienvenidas sean... les debo mucho.
Bolton

Anónimo dijo...

Buenísimo.