martes, 26 de octubre de 2010

Los representantes y sus representados

Ahora empiezo a entender mejor la frase de "pagan justos por pecadores".
La vida se mueve constantemente alrededor de eso.

Las pasadas compañías marcan tu futuro, las actuales desafían tu personalidad, y la gente tan voluble e ignorante, juzgarán por lo único que ven pero no conocen. Aquello que oyen pero no saben.

No se les puede culpar. Pero deja la misma sensación de impotencia y desatino, decepción y apatía que existía antes. La gente seguirá yendo a los únicos sitios donde puede decir lo que piensa y estén de acuerdo. Pero nunca desafiarán a las personalidades que se suban a la chepa, o las voces que hablen más alto, más claro, o más veraz que ellos. Preferirán no existir. Como los mítines privados de políticos de partido a seguidores del mismo.

La triste realidad se alza más transparente que nunca, somos hormigas, unas negras y otras rojas, y caminamos en línea recta, unos orgullosos y otros cargando nuestra comida, aguantando algún que otro reproche, y algunas duras críticas, picantes como guindillas.

Los representantes de la gente "importante" surgieron para defenderse de los ataques, para no aguantar todo en primera persona, para apaciguar las aguas del mar con tormenta, o para mover las nubes donde el cielo es suave y mejor.

Por necesidad, además, los representantes se parecerán a sus representados, víctimas de pasar tiempo con ellos, reflejo de la personalidad de su representado, para que los que llamamos, sepamos enseguida, si nos merece la pena que nos traten mal, sólo porque no supieron defenderse en el pasado.

Pagan justos por pecadores, porque los representantes y representados, nunca entenderán la cultura de la necesidad, el protocolo y la división del mundo, el de las hormigas rojas y negras, el de las guindillas rojas y amarillas, el de la cultura y el cultureta.

Cada uno en su nido, sin casarse con los que no son de su condición. Suena al s. XIV disculpen que les diga. Tremendamente desfasado.

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