martes, 14 de septiembre de 2010

La cuenta adelante

He vuelto a poner el cronómetro a cero.
He dejado atrás mis merecidas vacaciones, pagadas con mi pasada avaricia, carriles bici y gotas finas de lluvia horizontal, arena blanca y el azul del cielo reflejado en el mar.
Ahora la nueva realidad, por cuarta vez se presenta, llamando a la puerta y tumbada en un sofá, esperando a que alguien le recoja y le lleve a otro lugar donde al menos sea bienvenida.
La inseguridad y la incertidumbre, dos malas sensaciones para el periodista, se apoderan de mí. No sé dónde irán las pretensiones cuando hayan esperado demasiado, sintiéndose plantadas y decepcionadas por un mundo que funciona distinto a su alrededor.
Me defrauda la manera en que el tiempo pasa, mientras los justos siguen pagando, y los pecadores se ríen a carcajadas montando un circo de alguien que no son, pero de tanto repetirlo en eso se convierten.
Yo no quiero trabajar en el circo.
No quiero pagar.
Quiero modificar el tiempo, encontrarme en el momento justo, a la hora exacta, y entonces, detener el tiempo.
Quizá sea la hora de acabar con la realidad.
Quizá la hora de mis sueños infantiles, los mutantes.

2 comentarios:

Blacky dijo...

Hay que seguir soñando pequeña, aunque a veces las ganas se queden como calcetines en el suelo, a punto de ir al bote de la ropa sucia. Piensa que todo son etapas, a veces mejores y otras peores, pero vas a encontrar tu hueco. Estoy segura

Calle dijo...

No sé yo si acabar con la realidad es wena idea... pero me gusta muxo eso de los sueños mutantes! A por ellos! :)