Me lo suelen decir y aún así no hace falta, que yo no tengo gracia. Pero a veces, cuando estoy contando algo totalmente en serio, con todas mis ganas y empeño en ser escuchada, hay quien no me toma en serio... lo intento, pero al final resulta que es la vida la que decide el camino que van a tomar tus palabras. Estas han sido algunas de ellas.
No es que te tenga que hacer gracia. Pero a nadie le cuestan 2 minutos y medio de escucha.
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