Cuando me enteré de la noticia me sentí decepcionada.
Ese hombre me robó once años de mi vida y pensé que lo justo sería que él perdiese el doble, 11 por igualar, y otros 11 por las secuelas.
Pero no.
Ariel Castro ha decidido suicidarse como un cobarde. La excusa, probablemente lo que dijo en el juicio: "No soy un monstruo, estoy enfermo". Me cuesta pensar que no ha habido tiempo en pedir ayuda. Es mejor destrozarle la vida a 3 muchachas. Espero por todos los medios, que el comportamiento esté en la educación porque además has dejado en el mundo una criatura a la que no sé si jamás podré contarle la verdad. Pensaba consultarlo más adelante. Pero has durado menos de lo que has alargado la pesadilla. Porque cuando la pesadilla la vive uno, hay que tenerlos bien grandes para aguantar. La diferencia entre querer vivir y querer morir, es nuestra conciencia. Y tu, debías tenerla bien intranquila. Pero debías haber esperado a que la decepcionante soga, la hubiera comprendido todo el mundo, incluido tu hijo.
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