Los días nunca son iguales, ni aunque hagas las mismas cosas.
Comienzo investigando qué supermercado es el mas rentable aunque tenga que gangrenarme las manos durante 5 km, pero las ofertas y lo barato es realmente una prioridad para nosotros.
Después de completar los pequeños detalles que faltaban, me intento conectar a internet desde un sitio caluroso pero no, hay que recordar que aquí hace frío y si tienes que conectarte, lo conseguiras mucho antes en un sitio donde te toque sufrir porque quien algo quiere algo le cuesta.
Y llega nuestra primera fiesta erasmus y no es muy distinta a las fiestas no erasmus, y compruebo que si la música no es la adecuada, son igual de aburridas con la pequeña novedad de que a tu alrededor no hay nadie que conozcas desde hace más de tres días. Y la complicidad con algunos es extraordinaria. Eso creo que solo te lo da el erasmus y Gran Hermano.
Pero sin duda la hazaña más significativa del día de ayer es la de una excursión alas 4 de la mañana, andando sobre asfalto, piedras, saltando barreras o pasando por debajo de ellas. Todo porque 6 estudiantes querían llegar a casa como fuera, y los servicios de transporte en esta ciudad son lentos, tardones y escasos.
Llegamos, en una hora o más, con agujetas, con sueño, pero satisfechos porque llegamos cansados mucho más de lo normal, y eso hizo que hoy durmiese como nunca.
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