Fue en pleno Bryggen, el muelle hanseático de la ciudad noruega de Bergen, que es por cierto, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979.
Allí conocimos a unos noruegos que estaban de despedida de soltero. Llevaba 4 días en la ciudad y me esperaba un año intenso y lleno de nuevas emociones y personas. Tocamos las puertas del cielo y mi instinto cantó con ellos. Fue la primera vez que alguien que no me conocía de nada me dijo que tenía una buena voz. No les volvimos a ver.
Por cosas del destino, mi cita con la música volvió a suceder cuando tarareaba una canción en los pasillos del quinto en el barrio de Fantoft donde yo residía. Un guitarrista italiano me dijo que tenía un grupo de blues, que iba ahora mismo a ensayar y que si me apuntaba. Allí estuve con 8 músicos que desconocía: 3 italianos, guitarra, trompeta y saxo, un bajista alemán, una coreana que tocaba la flauta travesera, un teclista noruego y un contrabajista húngaro. Lo que hicimos fue impresionante. Otra vez, conecté con el espíritu de jam.
El siguiente lunes, me animé a ir sola a un bar cerca del muelle, a ver qué era eso de una jam en un bar. Empecé a hablar con gente, explicar que no soy cantante, pero que canto, que me gusta, pero que no sé cómo lo hago. El teclista, Owen, me animó a subir, a improvisar. Blues en FA.
- Bien, lo que sea. Yo solo cierro los ojos e improviso - le dije.
Repetí cada lunes. Llevé amigos. Instauramos una jam en nuestro barrio. Lo que ocurrió en ese momento es que compaginaba los estudios y la música, con el Bboying del que también estaba muy activa en la ciudad puerta de los fiordos.
Al llegar a Madrid, busqué como loca las jams, empecé a cantar en un coro Gospel, música que conocía bien por varios domingos inspeccionando en Harlem, y hablando con gente en Nueva York, cuando estuve de viaje con motivo del Aniversario de la Rock Steady Crew.
Mi vida en Madrid, después de Noruega, fue dejando el baile. Y empecé a cantar.
Hoy trabajo en la radio y hago música. Aunque a veces... cuando suena cierta música, tampoco puedo dejar de hacer esto.
Me dicen que no tengo pinta de hacer lo que hago. Quizá porque no es lo que hago. Es lo que soy.
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