Empezó diciendo que ya que estábamos, podríamos evitar toser. La poesía hay que escucharla en silencio.
Y efectivamente la poesía se colaba por entre las cuerdas de las guitarras y acariciaba los asientos.
Antonio Martínez Ares quería explicar algunas cosas, por ejemplo "qué me importa a mí que rescaten con mi dinero a los ricos", "tú no estás aquí, y al diablo el resto del mundo". Porque él no es nadie sin Paula, su hija.
Historias y utiopías. Algo de autobiografía, según adelanta Ares nada más empezar el espectáculo. Hay un sitio para todos los músicos. Todo iba hilándose, con ritmos que recuerdan al charleston, a los standards de jazz, y a los balcanes, con la fina sutileza de la copla y algunos tragos de blues.
En la canción que titula su disco, "Yo y mi CIRCUS tancia", probablemente se encuentra la esencia, cuando canta "...compartiendo jaula, y si no te gusta cámbialo..." Porque esta era una historia, quizá la historia de su vida y el resto, cariño, mentira.
Si no os gusta Ares, no lo escuchéis... y hablad, hablad y hablad.
Porque esto era, (como advirtió al final), para pensadores en extinción.
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