
Un conductor de metro ha lanzado un beso a la señora de la mopa que se paseaba de esquina a esquina limpiando los andenes que nunca descansan de las pisadas de nosotros, los viajeros.
El día probablemente desde ese momento me ha parecido entrañable, a pesar de que muchas cosas puedan estropearlo.
No obstante tengo varios recuerdos que me sirven de excusa para devolverme a mí misma la sonrisa.
Hoy hace un calor sofocante, no corre el aire, cuando lo hace es como un azote de fuego, pero gracias a mis recuerdos, me remonto a primera hora de la mañana: 7:45 y miro a la derecha para encender la luz.
Y veo a un mini Michael con boquita de pichón, que le da un soplo de aire fresco al día, y me apropio de los besos en el aire que vinieron a continuación, porque oye, a mí también me hacían falta, y sé que de haber estado Michael en un tren, él también me los habría lanzado.
1 comentario:
Yo te lanzaba mil!!!
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