
"Pantumaca" como le digo a Artur que decimos en Madrid, faltando el respeto al catalán y siendo puros y castizos castellanos, aunque con bandera de Cataluña ondeando en el fondo de la mesa.
Mucha comida, mucho lomo, mucho chorizo, muchas aceitunas, las dudosas croquetas, las conversaciones locas, las tardanzas.
Salimos tarde, y aún más en la indecisión de adónde ir, pero qué mas da si lo importante es la gente. La música, random, as usual. Un poco de funk, un poco de rock y un poco de alternativo.
Las 7 de la mañana nos pareció una buena hora para volver, para dormir suficiente.
Suficiente para meternos unos buenos chorizos, morcillas y tripas de lo que fuera, que mejor no pensar de dónde venía, hacer una estupenda sobremesa con doble tirada de café, con chistes que la rubia no pilla, risas, carcajadas, babas de perro y peleas con conductores que roban el aparcamiento. Sergi de anfitrión.

Un domingo de playa en Castefa, con aire fresco, más del deseado, castillos humanos, planes, muffin de chocolate y finalmente el aeropuerto.
Tuve que quitarme las botas, abrir mi maleta. Costumbres. Raro sería que no tuviera que haberlo hecho.
La próxima vez tendremos de escenario el congreso de los diputados, y si no, random factor hablará.
Siempre le escuchamos.

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