jueves, 22 de enero de 2009

Aquí estamos


-Roma arde- dijo mientras se servía otra copa. Y siguió hundido hasta las rodillas en un río de mujeres.
-Aquí llega- pensó ella- otra diatriba empapada en wisky sobre lo maravilloso que era todo en el pasado. Y sobre como nosotras, pobres almas perdidas, nacimos tarde para meternos coca como ellos en el Estudio 54. Parece que todos nos hemos perdido todo aquello por lo que merece la pena vivir, y lo peor de todo es que ella estaba de acuerdo con él.
-Aquí estamos- pensó ella- en la cima del mundo, en el límite de la civilización occidental. Y todos nosotros estamos tan desesperados por sentir algo, cualquier cosa, que seguimos chocando unos contra otros y jodiéndonos el camino hasta el fin de los tiempos.

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