Hoy, Emilio Cortés, catedrático de derecho penal de la Universidad de Extremadura, al que le tenemos mucho cariño, sobre todo por trabajar en vacaciones, y tener respuestas para todo, ha dicho que "es difícil pasar por la vida sin pisar un charco penal". Y tiene razón. Es difícil pasar por la vida en general sin que algo te sobrepase, sin actuar sin sentido, a la deriva, sin reflexionar y dejando que sean las casualidades las que decidan el curso de los hechos.
El problema, es que sin delito, pasamos por esa vida sin abogados que nos aconsejen o que nos protejan. Y a pesar de que en los momentos críticos, todo el mundo parecen ser consejeros, los mejores consejos al final son los que te das a ti mismo.
Las decisiones, sobre las que luego hay que responder toda la vida, son las que te llenan la mochila y te dejan marcas, te dejan heridas, y le dan sentido de una manera, al camino que toma tu vida.
Los momentos críticos son hacen crecer, o cometer delitos. Las decisiones, mal tomadas o no, son la cara a la que tenemos que mirar de frente. Nuestro destino en realidad, está escrito, lo escribamos nosotros o lo escriban otros.
"Es difícil pasar por la vida sin pisar un charco penal". Pero podemos limpiarnos de los charcos. Podemos usar los argumentos que queramos, pero si pisas el charco, solo te va a definir la forma en que sales de él. Y nadie es peor persona que tú mismo, y tu manera de juzgarlo.