Cabía esperar que hiciera esto.
El balance del año 2009, un poco emparejado con el 2008.
No tengo demasiados planes en 2010.
-En el 2009 aprendí a concentrarme en el presente.
Trajo cosas buenas a través de cosas malas.
-Mi tercer y hasta ahora último desengaño:
A la gente se la sudas más de lo que piensas. Aprendí a contar conmigo misma y no desconfiar de lo que fuera capaz de hacer.
-Descubrí que soy muy capaz para la convivencia, y que insoportable desde luego no soy.
-Descubrí que soy una hormiga en el mundo, y sin los demás no aspiro a grandes cosas.
-Valoré la lluvia y los días grises como los más esperanzadores para el arte.
-Mi casa se convirtió en conciertos de guitarra acústica y sentimientos a flor de piel.
-Encontré amigos que no me valorarían por mi talento si no por la persona que soy.
-Conseguí una relación normal con un ex.
-Dejé las apariencias, la tacañería, el miedo al que dirán.
-Preferí ser atrevida o descarada, pero natural e impulsiva, aunque todo pasara primero por mi cabeza.
-Me dí cuenta que primero el movimiento se hace lento, para poder llevarlo a la perfección.
-Conservé amistades a 3000 kilómetros de distancia.
-Sigo a muerte con otras mucho más lejanas.
-Empecé a pintarme las uñas, a usar cacao para los labios, cremas de manos y perfumes.
-Canté blues improvisado en directo.
-Creyeron que iba borracha porque nunca entendieron mi energía.
-Sufrí el dolor más inhumano cayendo en plancha sobre una piscina.
-Me pincharon las ruedas del coche dos veces en tres semanas.
-Creamos un blog de chicas para el mundo.
-Probé el alcohol más asqueroso de Hungría y la República Checa.
-Conduje un rally por una carretera de tierra donde se me cruzó un ciervo y una oveja.
-Vi la Aurora Boreal
El 2009 fue muy bueno y poco más pude pedirle.
El 2010 tiene el listón un poco alto, pero la vida consiste en superarse, o al menos creo que eso es lo que aprendí.