domingo, 13 de mayo de 2012

Cuestión de altura

- Desde aquí arriba he visto todo con perspectiva, James.
- ¿De qué hablas John?
- Hablo del mundo, del orden y el desorden. Desde aquí todo es pequeño, nimio y efímero.
- No te acostumbres, luego tendrás que bajar.
- Puede ser. Quizá baje el cuerpo, pero creeme, el espíritu se queda. Debemos aprender siempre algo de todo esto. Mira esa gente, andan directos hacia algo, ajenos a lo que construimos aquí. No tienen ni idea sobre el vértigo o sobre el peligro. Y a nosotros nadie nos ha preguntado si nos gustaba pero aquí estamos los que somos. Los mejores. Y los adecuados James. Somos los elegidos.
- Empiezan a preocuparme tus delirios a estas alturas.
- Es perfecto James, es realmente perfecto. El mundo va a una velocidad, y aquí arriba ni siquiera estoy seguro que la forma de medir la velocidad sea posible. El silencio y el viento hablan por sí solos. Estamos haciendo algo grande James, y alguien allí abajo quizás haga algo grande, pero seguro que no con tanta perspectiva. Estamos aquí por algo. Seguro que Dios crecía con esa idea. Desde aquí el mundo parece caber en una mano, y cuando soñamos adoptamos esa actitud de estar en las nubes.
- Sí, chico, y será mejor que te bajes inmediatamente de esa nube. Somos obreros, apenas nadie. Te llamas John, vives en New Jersey, te apellidas como el 70% de la población, y cuando termines esto, nadie recordará siquiera que exististe.
- Te equivocas James. Ese señor nos está fotografiando, y no sé dónde llegarán las fotos. Pero estoy seguro de que si sonríes y pones cara de estar haciendo algo importante, la huella que dejes será mayor. Es cuestión de actitud, de sueños o, no sé, puede que de altura.


Recomendación de The Sunset Limited

Otra recomendación de Belén Díaz y mía de un proyecto para el master que pretende dar a conocer obras maestras a quienes no son muy amigos de los libros.

Una obra que contrapone dos visiones distintas de la realidad, y dos vocaciones contrarias: vivir y morir.


viernes, 11 de mayo de 2012

Recomendación del libro Farenheit 451



Una labor de Belén Díaz y Bárbara Archilla