domingo, 27 de marzo de 2011

Sobrias palabras


Una mirada lo dice todo.
La gente no lo sabe pero hay ondas en el aire
que me sacuden de arriba a abajo.
Pueden pensar que solo porque no se ven
nadie se va a dar cuenta de que están ahí.
Solo hace falta ser un poco observador
preocuparse la mitad de lo que hablamos en escuchar
cerrar los ojos y pensar
que hay cosas que ocurren
y te las cuentas
y otras que si no las estudias aunque sea unos segundos,
nunca sabes que están ahí.
Y ahí hay de todo.
Todo lo bueno y todo lo malo.
El hombre es un ser tan tierno como despiadado.
Nadie es 100% sincero
la mitad esconden secretos, sabiendo que están ahí
la otra mitad, han conseguido engañarse a sí mismos, y nada de lo que se empeñan en vivir es del todo verdad al fin y al cabo.
Hay amor y hay odio
Cuando no hay ninguna de las dos, hay indiferencia o compasión, ambas totalmente despojadas de autenticidad.
Y me permito este pequeño lujo de decir una cosa
probablemente la única cosa en la que pueda haber una verdad pura:
de todo se aprende
y cuando levantas eres más fuerte
y esas ondas de las que hablo
se perciben en el ambiente.
Para la próxima vez que alguien te pida confianza,
habrán sobrias palabras.

viernes, 25 de marzo de 2011

A little faith

When the road gets dark
And you can no longer see
Just let my love throw a spark
And have a little faith in me

Algunas canciones me hacen soltar una escurridiza lágrima, sin motivo aparente, como si mi mente se tomase las notas de manera personal. Y cada día lo digo más convencida. Un día la música, nos volverá locos a todos. Sin poder remediarlo.

martes, 22 de marzo de 2011

Y yo con estos pelos

Hoy es un día de esos es los que me he puesto unos tacones de los años 20, el maquillaje de los maquilladores, y unos bucles muy graciosos que se pelean por escapar en mis sienes.
Un día como esos no lo tengo todos los días.
Primero porque es el primer día que me he puesto como pretendiendo algo sin pretenderlo, y segundo porque si me lo hubiera pensado dos veces nunca habría dejado secar mi nuevo pelo capeado a la suerte del viento.
Pero hoy, debe ser por la primavera, me ha parecido apropiado que mi bolso no conjunte con los zapatos, que mis rizos parezcan despeinados, que mis labios sean naranjas, color que nunca uso, y que me haya puesto un abrigo de esos que me regala mi abuela en fin de año.
Y todo porque sí.
Porque el día ya empezaba gracioso. He despertado con un buen café, que se convierte en el ritual de mis mañanas. El cartero ha venido a traerme un libro que tenía muchas ganas de leer: W de Wikileaks, sobre el fenómeno de Julian Assange, hombre por el que me siento realmente atraída desde que dijo "disfruto machacando bastardos."
Después frente a todo pronóstico me he enfrentado a una entrevista en la que en vez de preguntarme más bien entrevistaba yo, y entonces he quedado descolocada para el resto de minutos en que le di vueltas.
Ahora aunque me siente, mis ojos no descansan, intentando hacer terrorífico un cartel de película, con tonos mostazas, como mi bolso y como dentro de unas horas, cuando tenga que irme corriendo con el mismo color por cielo y yo, con estos pelos.

jueves, 10 de marzo de 2011

Algunas cosas que me irritan

La verdad es que puestas a ser quisquillosas yo hago mi función de mujer mejor que nadie. Hay muchas cosas de la sociedad que no aguanto, y me irritan de tal manera que no me soporto ni yo misma:

-Las mujeres que no moderan su maquillaje (hay números de todos como churros en una churrería, si no tienes la piel naranja por qué insisten algunas en forzar la naturaleza?)

-Otras mujeres que nunca quitan las etiquetas naranjas de los zapatos (por favor, quitadlas)

-La gente que no mira cuando mantiene una conversación (se necesita una pequeña señal de que me escuchas cuando hablo porque si quisiera hablarle a la pared no necesitaría pronunciar palabras en alto)

-Los que mucho prometen para quedar bien con los demás pero poca cosa está en sus manos (mejor callar que aparentar)

-Que la gente se haga la lista y confunda una bolsa de viaje con una bolsa para cámara de televisión y te diga por toda la cara "qué suerte te vas de vacaciones" con tonos irónicos que irritan el oído (un poquito de callarse antes de hablar de más)

-Que haya poca comunicación entre jefe y trabajador, porque al final cuando pasa algo, no se le puede echar la culpa a nadie.

-La gente que siempre sonríe (no me creo tu rollo asique córtalo cuanto antes)

-Que suspendan demandas de empleo solo porque cursamos un curso (seguimos en el paro y eso debe saberse, le hace flaco favor a la verdad y a los desempleados no aparecer en una lista tan triste como esa.

-Trabajos donde te ofrecen única y exclusivamente el gran servicio de aprender y mejorar día a día montando bases de datos y comiendo mierda por el módico precio de... ah, ninguno.

-Que este país esté cambiando tanto, imponiendo muchas leyes de golpe que lo único que hacen es invitar a saltárselas (o crear problemas nuevos)

-Hombres que siguen jugando cartas sucias, sin distinguir a una mujer inteligente de una tonta, y denotando que para poca inteligencia la suya. (y muchas risas para mí y mis amigas)

lunes, 7 de marzo de 2011

Melodía y acordes


He escuchado música desde que estaba en la tripa de mi madre.
Ahí dentro se oía como si alguien gritase desde el otro lado del patio de la casa.
Captando la atención de todo el que pasaba hasta llegar a mis oídos.
Desde ese mismo día supe que la música podía comprar sueños.
Podía hacernos andar la calle con mayor precisión.
Mirar hacia adelante con el camino ya trazado, sin ayuda del esencial Google Maps.
En mi caso la música me ha acompañado para todo. La he utilizado para conseguir mis metas.
Para sorprenderme a mí misma y descubrirme.
Probablemente lo mejor que ha podido hacer el hombre es mezclar melodía y acordes.
Con instrumentos infinitos, combinaciones inimaginables.
Las teclas de un piano como pisadas de alguien que se acerca.
Los violines desesperados y estremecedores.
Un serio bajo sentando las bases de un macabro plan.
Una batería espabilando al más dormido.
Un simpático saxo recitando las lecciones del día.
Una guitarra insistente sobre la importancia de avanzar hacia adelante.
Un Oh desgarrador de un cantante que avisa que el espectáculo va a comenzar.
Y podría seguir.
La música es el resultado de la actitud y los sueños de quien la ejecuta.
Nuestros gustos forman parte de nuestro estado de ánimo y nuestras intenciones momentáneas.
Yo he andado calles abajo, lloviendo, nevando, con sol aterrador, con viento, con mosquitos en la cara, los pies doloridos, con un frapuccino en mano o una maleta.
Rock, funk, folk, blues, pop, country, cualquier estilo musical podía penetrarme en los huesos si estaba bien hecho.
Y como pocas palabras pueden expresar el cometido de la música y la importancia de la misma en nuestros sentidos, utilizaré un clásico como Beethoven, un artista que encontraba la composición muy simple, su objetivo último era unir sentimiento humano, obra de arte y mensaje humanista en una sola partitura.

Pueden estar seguros que quién busque esto al hacer música conseguirá que los que escuchemos, jamás podamos contradecirles.

Arriba la música.

Es un milagro.