viernes, 28 de mayo de 2010

No es fácil salir de aquí


Estoy mirando a todas partes, aún con pañuelos en el cuello, pensando que estoy en un sitio cálido, cómodo, tranquilo, donde me relajo y puedo olvidarme de todo.

Pero resulta que todo está aquí, en esta ciudad, y cambio, y ahí sigue. Va conmigo. Yo soy la ciudad de las cosas grises, difuminada por tonos poco definidos.

Toda la vida he escapado pero no es fácil salir de aquí. En un sitio el claxon se oye más que los pensamientos. En otro las olas rompen en la cara. El viento nos tapa la vista. La lluvia hace más pesados los pasos al frente. La arena hunde hasta los tobillos y resulta imposible correr.

Vayamos donde vayamos, nuestras dudas nos perseguirán. Como una sombra de Peter Pan imposible de descoser.
No es fácil salir de aquí. Quizá la profundidad sea más clara, solo esta vez.

lunes, 24 de mayo de 2010

Ya no hay más lucha

Tenía en la mochila provisiones y toda clase de planes que creí serían necesarios para sentirme satisfecha. Resulta que nada de lo que guardé me serviría al fin
Me he dedicado más a llorar. A correr. A gritar. A tirar de la cuerda, hasta que me salieron callos en las manos. Me subía a los árboles y caía de espaldas. Miraba atrás para guardar mis espaldas, y me atacaban por delante. Se me ha cortado la respiración de la impotencia.
Subí las montañas, cambié de bando, desconfié de algunos y me fié de otros. Compartí el agua y la comida. Maté. Hice cosas que jamás pensé que llegaría a hacer.
Perdí mi mochila cuando creí que la espera era más importante.
Después de tanto tiempo, es una decepción saber que todo fue en vano.
Y que lo importante es el camino recorrido.
El que no disfruté porque lo creí transitorio hacia algo.
Algo que nunca estuvo preparado para mí.

viernes, 14 de mayo de 2010

María Anna

La conocí con cuatro añitos. Por entonces no sabía quién era. Solo una niña de tono rosado que se peleaba con un tal Eduardo más pálido que ella. Con el tiempo tomamos contacto aunque fue quinto de primaria cuando tuvimos nuestro punto de inflexión.
Un punto de inflexión donde la amistad se definía por completo. Sellamos el pacto de no dejar nunca de hacer lo que nos diese la gana con quien nos diese la gana.

Si tuviera que definir con palabras la clase de persona que ella es, diría que es la que sueña más fuerte de todos. Llena de valores y opiniones que a mí me han educado personalmente. Una fuerza mágica le envuelve. Es especial. Y no lo digo en el sentido literario de la palabra. No quiero caer en los adjetivos facilones, pero es que ella es especial.

No es como nadie que haya conocido. Es rara, inquieta, llena de planes, destrezas, creadora, artista, profunda, romántica, soñadora, voladora.

Vuela alto, observa el mundo, lo analiza y de alguna manera siempre me viene un día con una extraña reflexión sobre las nubes y el cielo. Da gusto escucharle. Siempre tiene algo extraño que reflexionar, siempre quiere saber más de algo.

No voy a hacerle tanto la pelota eso está claro. También es perezosa y remolona, le encanta dormir, le encanta teorizar, le cuesta confesar que a algunos nos quiere.

Yo no he conocido a nadie igual. Nadie canta canciones por las calles a las 4 de la mañana, nadie disfruta tanto haciendo el tonto, nadie siente tanto a través del arte, la música y nadie, os aseguro que nadie, admira más a Iker Jiménez.

Con ella he compartido tanto que me da miedo nombrarlo. Simplemente he crecido junto a ella con la seguridad de que siempre creceremos al mismo ritmo, estemos donde estemos cada una.
Frase que le representa: ''No hay que pintar la vida tal como es, ni como debería ser; hay que pintarla tal como aparece en nuestros sueños'' Anton Chejov.

martes, 11 de mayo de 2010

Gentes

Vida. Experiencia. Triunfos. Fracasos.
Y siempre, gente.
En todo el recorrido, hay gente, que conoces, que no conoces, que creías conocer.
Que conociste, que desconociste.
Te hicieron reír, llorar, te mostraron la parte del mundo que no tocabas, te dieron lecciones, se las diste tú a ellos.
Y en tu speech también descubriste cómo te pueden llegar a hacer sentir, en quién te convierten, cómo te cambian la vida, como estrujan el corazón, como dan la vuelta a tu cabeza.
Gente que dejó una marca y te identifican ahora.
Sin gente no podemos pronunciar palabra.
No podemos expresar, mostrar ideas ni discutir.
No podemos equivocarnos ni tener razón.
Por eso yo quiero hablar de cada una de esas personas, que para bien o para mal, han marcado mi vida, y han definido lo que ahora soy.
Una persona entre la gente.

lunes, 10 de mayo de 2010

Ni en sueños

Pensé que había cosas que no vería ni en sueños.
Pero en sueños veo cosas muy raras.
En sueños una cascada es un corta puros, una guillotina. Por si cabía duda de que tras el salto del angel hay una muerte segura, para más inrri yo sé que hay una cuchilla gigante despedazando a los atrevidos.
En sueños he patinado con traje de plástico negro, con botas de hielo en suelo de hormigón.
En sueños he hecho negocios sucios, he cambiado joyas de un museo por otras obras maestras.
En sueños me han perseguido chupasangres mientras bajaba escaleras de tres en tres escalones.
Me he tirado al vacío por el hueco de un inexistente ascensor.
He tenido accidentes de coche.
Mi casa se ha incendiado sucesivas veces. En todas he muerto. Y he resucitado.
La policía me ha perseguido varias veces por devolver las puñaladas que he recibido.
En sueños él se confesaba enamorado, aunque nunca dijo de quién.
He volado sobre los tejados y en todas he aterrizado contundentemente.
He tenido sexo en sueños. Nunca ha sido mejor que despierta.
Se me han partido los dientes.
Se me han roto las mismas gafas.
Lo de los sueños nunca es verdad.
Aún no he soñado cosas que quiero que pasen.
Y lo que no pasa en sueños, en algún sitio tienen que pasar.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Equipo


Mi talón de Aquiles lo debilita la tensión que esos hombres ponían aquella noche en el terreno de juego.

Es cierto que es injusto que digan que perdemos o ganamos si nosotros no jugamos, pero si por algún casual nuestro ánimo les sirviese de algo, entonces nosotros podemos decirlo con la boca totalmente abierta y el orgullo haciéndose hueco por entre la gente del estadio.

Perdemos enfadados, ya ni siquiera tristes.

Pero ganamos alegres y excitados.

Golpeando mobiliario urbano, llorando, apretando las bufandas, chocando las cocacolas sin tapón. Insultando al linier, al árbitro, por las faltas sin cometer, por el sufrimiento, aplaudimos a los que hacen el pase del gol, gritamos a los delanteros para que corran, a los que no tiran a puerta acorralados, a los que no cogen un pase, a los que pierden el balón.

Nos enfadan los que se tiran después de la línea de meta cuando ya no le queda nada más que hacer para evitar un gol.

Ganamos y perdemos en el último minuto.

Vamos de rayas aunque a veces nos quedemos a cuadros como si fuéramos la selección Croata.

En casa y fuera la fuerza nos empuja.

Yo me sorprendo de la fuerza de ese esférico con pentágonos en su interior.

Suerte Atleti.

A veces no podemos estar siempre ahí, aunque la sangre y el corazón lleva tus colores.